Qué nos hace libre, quién o qué nos oprime? Por qué permito que me roben el día, que secuestren mi serenidad? No es acaso un derecho y una obligación cuidar de mi? Entendiendo ése cuidado como la gestión absoluta de mi salud física, pero sobretodo emocional. Defendamos a capa y espada nuestras zonas de equilibrio, de encuentro, de alegría, de paz! Pero cómo podemos defender y cuidar algo que no sabemos muy bien dónde está? Pues, entonces, toca sacar el mapa y estudiar nuestra geografía personal. Identificar qué o quién nos desequilibra y cómo reacciona nuestro cuerpo ante ello. Aprender cuál rumbo toma la rabia, la ansiedad, la tristeza, la iconformidad, la desconfianza, la envidia, la inseguridad y donde se alojan, en qué organo, en cuál actitud...? Y una vez descifrado los códigos, ya tendremos las herramientas para decidir qué hacer con todo ese material que detiene nuestra evolución, nuestra felicidad. Pon tu mapa personal sobre la mesa, interprétalo y traza las rutas que te c