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Mostrando entradas de julio, 2015

No estás deprimido estás distraído.

"No estás deprimido, estás distraído" estas palabras del gran Facundo han dado en mis clavos! Y es que nos enrollamos y sufrimos porque perdemos el enfoque! Es muy fácil dejarse llevar por la marea de las comparaciones, desligarnos de lo que somos en esencia (y lo que hemos aprendido) pensando en lo que no tenemos que sí tienen los demás. Permitir que la invasión de expectativas sociales comanden el centro de operaciones de las propias, es la condición sine qua non para caer en el hoyo de la insatisfacción y la depresión. Nos aferramos a las personas, cosas y situaciones, idealizándolas y dando por sentado que no cambiaran y que estaremos orbitando alrededor de ellas de forma segura y permanente. Pero lo cierto es que "la única constante es el cambio" y vivir consciente de ello nos hace menos susceptibles al sufrimiento. Cuánto tiempo perdemos enfocando el lente de nuestra cámara personal para capturar lo que dolió, lo que nos hizo sentir minimizados y sin

Cada Emoción un Maestro!

Las emociones: TODAS! necesitan espacio, respirar y ser aceptadas para que fluctúen en su justa (y equilibrada) medida. Últimamente se ha estigmatizado la tristeza, la rabia, los celos entre otras emociones que están en el bando de las "negativas" pero quién dijo que no podemos sentirlas, si es precisamente reconociéndolas y encarnándolas que podemos entenderlas y darles el permiso y el lugar para que cohabiten junto a las otras con mesura y consonancia.  Los picos emocionales nos desgastan, como por ejemplo, aparentar que somos felices todo el tiempo. Está bien reconocer lo que estamos sintiendo, para luego dejarlo ir, pues las decisiones más asertivas no siempre se toman en la calentura de las emociones, sino justo cuando se han asentado, decantando las partículas toxicas que pueden influir (no de buena manera) alterando la ecuanimidad. Ajustemos el termostato interno, y para ello necesitamos sentir (sin negar o vetar), identificar y procesar lo que estamos sinti

Me tengo.

Me tengo y ésa es una certeza, me tengo sin dramas ni culpas. Yo elijo el camino y piso consciente. Y lloro cuando quiero llorar, me caigo, me levanto, río, me reconozco y continúo. Y beso cuando quiero besar, me enamoro, rio, me desconozco y continúo. Tengo el tiempo prestado, un cuerpo cambiante y un corazón que late con fuerzas. Implacable con los tiranos del autoestima, con los verdugos de las formas. Respiro despacio, cerrando los ojos y me encuentro (algunas veces). Soy positiva, también idealista pero no pendeja. Me entrego y me recojo cuando quiero, a veces no quiero. Tengo lo que quiero y voy por más.